PROBLEMAS DE LA MEMORIA
Dr. Arcenio Estévez Medina, M. D., N. D., M. H.
A medida que pasa el tiempo es
normal que la capacidad para recordar datos e informaciones vaya
disminuyendo. Sin embargo, hay personas
que pierden, de manera significativa, a temprana edad esa facultad y otros se
les reduce más de lo esperado en la llamada tercera edad.
El conocimiento está ligado a la
memoria. Esa es la razón por la que
mucha gente dice que “saber es recordar a tiempo”. Aunque
hay personas que tienen el conocimiento y carecen de la capacidad para
demostrar que saben. Otros dominan mucha
información y no tienen las habilidades para explicarla.
Es importante resaltar que no
necesariamente por tener edad avanzada debe existir la condición de sufrir de trastornos
de la memoria. De hecho, conocemos
personas que pasan de los 90 años y exhiben una gran capacidad para recordar
datos recientes y antiguos.
Con mucha frecuencia recibo en mi
consultorio a jóvenes y adultos con la queja de que tienen problemas de la
memoria. Después de la evaluación de
lugar y hacer los estudios correspondientes de laboratorio clínico y de
imagenología, la mayoría de las veces llego al diagnóstico de que estamos
frente a un caso de falta de atención provocada por la incidencia de un
problema del entorno del paciente. A
veces es que la persona está preocupada por una situación afectiva, demanda de
mayor rendimiento laboral, político, social o económico. Cuando el individuo se da cuenta de su
realidad mejora mucho porque logramos concentrar su atención en lo que se
quiere recordar o aprender.
Causas.
Hay casos en que hay un verdadero
factor causal como problemas de ateroesclerosis (depósito de grasa en las
arterias), arterioesclerosis (endurecimiento de la pared de las arterias),
demencias, donde juegan un papel importante la enfermedad de Alzheimer y la
demencia senil.
Muchos trastornos de la memoria
se deben a que heredan ese problema.
Otros por su alimentación deficiente en nutrientes importantes para el
sistema nervioso central. También la alimentación
con excesos de algunos nutrientes como el exceso triglicéridos y colesterol
(sobre todo el LDL) puede producir aumento de la viscosidad de la sangre y al
estar tan espesa no pasar la barrera hematoencefálica -que permite el paso de
sustancias de la sangre al cerebro-.
Estudios recientes han atribuido,
en gran parte, el deterioro de la memoria a la acción de los radicales
libres. Los alcohólicos y los
drogadictos sufren con mayor frecuencia de estos trastornos que las demás
personas. También se han asociado a los
problemas de la memoria las alergias, el estrés y algunos trastornos de la
circulación del cerebro.
¿Cómo
darse cuenta que la memoria está empezando a fallar?
Cuando se están olvidando los
nombres de personas que ve todos los días y se le confunden los nombres de los
hijo u otros familiares cercanos. Otra
señal de que estamos empezando a tener problemas de la memoria es cuando no
recordamos números de teléfonos a los que llamamos a diario.
Ayuda
a estas personas.
Se ha utilizado mucho una planta
conocida como ginkgo biloba. Ha sido
demostrada en varias investigaciones la acción farmacológica de la esta planta
para mejorar la circulación de la sangre, contribuyendo así a la llegada de
mayor cantidad de nutrientes y oxígeno al sistema nervioso central. También el consumo de ginseng ha sido muy
utilizado en individuos con problemas de amnesia, aunque esta última planta no
se recomienda si la persona es hipertensa.
Se aconseja que el afectado
cambie la rutina diaria con frecuencia.
Por ejemplo que se cepille los dientes con la mano que no lo hace
siempre. También se recomienda cambiar
la ruta de ir al trabajo, comer con la mano izquierda se lo hace con la derecha
y viceversa.
Las vitaminas del complejo B son
necesarias para que haya una buena memoria.
Por eso se prescribe para los pacientes con trastornos de la memoria. Si el médico lo considera beneficioso puede
ordenar que se administre inyectado para obtener resultados más rápido.
Los antioxidantes como la
vitamina C y la vitamina P, son de gran ayuda para estas personas. Sin embargo, siempre estas medicinas deben
ser indicadas por el médico, que es quién sabe cuándo y en qué dosis debe
hacerlo.