DISTENSIÓN ABDOMINAL (EL VIENTRE HINCHADO)
Dr. Arcenio Estévez
Medina, M.D., N. D., M. H.
Lo común y corriente es escuchar
que las personas dicen que tienen el vientre aventado, las comidas se le quedan
paradas, tienen la digestión lenta. Se habla de distensión abdominal cuando el
vientre es mayor que lo normal. De
cualquier forma que se le denomine esta manifestación nos indica la presencia
de un problema y debemos empezar a investigarlo y no detenernos hasta encontrar
la causa.
La hiperlordosis (un aumento anómalo
de la curvatura de la columna) lumbar es una razón frecuente por la que vemos
al abdomen distendido. La presencia de parásitos intestinales, sobre todo
Ascaris lumbricoides, tenias, uncinarias y fasciolas hepáticas, conocida a
nivel popular como cucaracha del hígado, son los que en porcentaje mayor
producen esta manifestación. Muchas
enfermedades del hígado cursan con distensión abdominal. Así como los trastornos que cursan con
ascitis (líquido en la cavidad abdominal).
También algunos problemas del riñón y del corazón evolucionan con
líquido en el abdomen y producen crecimiento.
Algunos tumores malignos de órganos intraabdominales se presentan con
distensión abdominal.
Muchas personas tienen
inflamación de la vesícula biliar (colecistitis), no hay un correcto vaciado
del estómago y puede haber distensión abdominal y la solución del problema es
la extirpación de este órgano que la mayoría de las veces se inflama por la
presencia de piedras (cálculos) en su interior.
El estreñimiento extremo nos
puede dar distensión abdominal y mucho dolor.
Por eso es importante conocer el patrón evacuatorio de cada persona que
se queja de este trastorno. El abdomen
inflamado puede deberse a que haya una inflamación del peritoneo y se pone el
vientre duro (vientre en tabla o abdomen agudo) y en este caso hay que proceder
a hacer una cirugía (laparoscopia exploratoria) para salvar la vida del
enfermo.
Algunos individuos tienen distensión
abdominal porque comen demasiado o hablan cuando están comiendo, se llenan de
gases y empiezan a sentir el movimiento de éstos en los intestinos. De igual manera los alimentos que contienen
exceso de fibra producen con frecuencia crecimiento abdominal. Hay una enfermedad que se llama intolerancia
a la lactosa en la cual la persona afectada cada vez que consume leche o
productos derivados de ella se “avientan”.
Hay personas que sufren de una
enfermedad llamada celiaquia, que
consiste inflamación del intestino delgado cuando consumen productos que
contienen una proteína conocida como gliadina, que es el mismo gluten,
presente en algunos cereales como avena, cebada, trigo y centeno. Es un trastorno autoinmune, es decir, que el
sistema de la defensa del cuerpo desconoce una parte del organismo y arremete
contra ella como si fuera un elemento extraño del que debe deshacerse. Es un trastorno mucho más frecuente de lo que
nos imaginamos en nuestro medio y la mayoría de las personas que lo padecen no
lo saben aunque presentan los síntomas.
Algunos pacientes tienen el vientre inflamado porque el páncreas no está
produciendo las enzimas que intervienen en la digestión.
La
investigación del caso.
Lo primero que se debe hacer es
una buena historia clínica.
Investigación de los síntomas y los signos, su aparición y la evolución
de la enfermedad. Luego el médico ordena
los estudios de laboratorio clínico y de imágenes que considere correctos para
confirmar sus sospechas. En algunos casos es necesario hacer estudios de imágenes
especiales como la tomografía axial computarizada o la resonancia magnética
para poder tener un diagnóstico preciso.
Manejo
del enfermo.
Todo va a depender del factor
causal. A veces es una simple disfunción
digestiva por deficiencia de una enzima y se resuelve con la administración de
esa sustancia. En muchos casos hay una
inflamación de la mucosa del estómago (gastritis) produciendo la manifestación
y es suficiente el tratamiento de esta enfermedad para que la persona se sienta
bien.
Si hay una parasitosis
intestinal, se usa el antiparasitario correcto y de inmediato el individuo va a
sentirse en perfecto estado de salud.
El afectado por este trastorno
debe aprender que no es recomendable hablar cuando está comiendo, tiene que
reducir las batidas y no masticar chicle. Tratar de disminuir lo más que pueda las coles
(repollo, coliflor y brócoli). También
el consumo de legumbre como habichuela, garbanzo, haba, soya, guandul etc., es
aconsejable para obtener un mejor manejo del problema.
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