domingo, 16 de septiembre de 2012

EL ESTRÉS Y SU IMPACTO EN LA SALUD

                                                                   Dr. Arcenio Estévez Medina.
Es muy frecuente que hoy en día se atribuya al estrés cualquier trastorno de salud que esté afectando a una persona y eso, la mayoría de las veces, no es así.
El estrés es una situación agresiva de origen física, psicológica, mental, afectiva, social, biológica o espiritual que requiera una respuesta del individuo.  No es una enfermedad, aunque puede ser el detonante para su producción.  La realidad es que esta respuesta puede ser adecuada y el problema se resuelve de inmediato, la dificultad se presenta cuando el organismo pierde el equilibrio y no llena las expectativas, que es cuando empieza la aparición de una serie de manifestaciones incontrolables y capaces del desencadenamiento de muchos males.   
CAUSAS
Dentro de las causas del estrés podemos citar la muerte de un ser querido, el divorcio o la separación de un miembro de la pareja, deudas, exigencias en el trabajo, el uso y el abuso de muchos medicamentos, pérdida del empleo, el consumo excesivo de café y alcohol.  Así como también el uso del tabaco y otras drogas.
CONSECUENCIAS DEL ESTRÉS MAL MANEJADO
El estrés puede aumentar la producción de radicales libres.  Es una causa muy frecuente de dolor de cabeza.  De hecho, la llamada cefalea tensional, es originada fundamentalmente por el estrés.  Puede dar, además, cansancio, irritabilidad, diarrea, colitis, elevación de los triglicéridos y el colesterol, aumento del número de latido por minuto del corazón, palpitaciones en el pecho, gastritis, vómitos, dolor en el cuello, en los hombros, la espalda, insomnio y hasta policitemia vera (que es cuando la gente dice que está pasada de sangre) puede provocarla el estrés.
Las acciones del estrés producen una serie de reacciones que afectan prácticamente a todo el organismo desde las estructuras sencillas hasta las más complejas, desde las más elementales partículas subatómicas hasta los más complicados sistemas del cuerpo.
Por efecto del estrés aumenta la producción de la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) en la glándula hipófisis o pituitaria  y ésta llega a través de la sangre a las glándulas suprarrenales desencadenando la producción de la llamada hormona del estrés que es el cortisol.  Como consecuencia de la acción de esa sustancia la labor del glóbulo blanco, como parte importante de los mecanismos defensivos del cuerpo, se ve limitada y entonces, los microbios no tienen quien los frene, aumentando así la posibilidad de que se produzcan las infecciones y esto, aunque parezca extraño, es una consecuencia del estrés.  También se crean las condiciones propicias para la producción de muchos tipos de alergias, debido a que los eosinófilos, unos glóbulos blancos que se activan en las situaciones de alergia, son inhibidos durante el estrés como los demás elementos leucocitarios.  Sin embargo, pocas veces se piensa en esta posibilidad cuando se recibe a un paciente con este trastorno tan frecuente en la actualidad.  Todo lo contrario, en muchos casos el médico opta por tratar las alergias, incluyendo el asma, con cortisona o un medicamento derivado de esta sustancia.
Según una investigación de la doctora Sonia Lupien y sus colegas de la Universidad de Mc Gill en Canadá, publicada por la revista Naturescience, en su primer número, el aumento del nivel del cortisol deteriora una región del cerebro relacionada con funciones cognitivas como la memoria y la orientación en el espacio. Afirma la estudiosa que la hormona del estrés cuando, se eleva, destruye las neuronas del hipocampo.  Se determinó que mientras más subía el cortisol más se afectaba la memoria y mayor era el nivel de envejecimiento de los individuos incluidos en la muestra.  Esta información debe tomarse muy en cuenta a la hora de recomendar el uso de la cortisona o hidrocortisona, que es el mismo cortisol sintético, como medicamento para manejar la artritis, alergia, asma bronquial o en cualquier otra enfermedad, además del muy conocido efecto de supresión de la función de las glándulas suprarrenales cuando se consume de manera incorrecta esta sustancia.  También puede provocar desórdenes gastrointestinales, disminución de la acción de los mecanismos de defensa del cuerpo, así como desequilibrio hidroelectrolítico (pérdida de agua y minerales) y trastornos nerviosos.
Como consecuencia del estrés se eleva la cantidad de adrenalina en el cuerpo y esto hace que el corazón lata más rápido y aumente la presión arterial.  
DIETA Y MANEJO DEL ESTRÉS
Para el manejo del estrés se aconseja combinar la terapia psicológica, el ejercicio físico, el uso de medicamentos, la dieta, la acupuntura y hasta la hipnoterapia si fuera necesario.  En muchos casos con uno de estos elementos es suficiente para que el paciente retorne a la normalidad.  En los casos en que sea imprescindible la acción de dos o más de los recursos anteriores el terapeuta debe saber seleccionar las opciones más recomendables para que el individuo recobre su salud.
El ejercicio físico, programado por un experto, puede ayudar mucho, ya que es una forma de romper las tensiones o por lo menos constituye un mecanismo apropiado para disminuirlas.  También pueden ayudar los masajes sobre las cejas, el cuello y las sienes, siempre tomando en cuenta que es más conveniente hacerlos con movimientos circulares en dirección contraria a las manecillas del reloj para que el efecto sea mejor.    
La dieta para evitar las consecuencias del estrés
Se aconseja a las personas que sufren de estrés que coman muchas frutas, sobre todo las de color amarillo, porque contienen beta caroteno, un pigmento que ayuda, de manera significativa en esta situación.  Entre éstas se debe preferir la naranja, chinola, cereza, guayaba, limón, toronja y cualquier otra que aporte, además del beta caroteno, vitamina c ya que se ha comprobado, a través de varias investigaciones, que esta vitamina, llamada también ácido ascórbico, actúa contrarrestando el estrés y se sabe que interviene en las glándulas suprarrenales elaborando la hormona que se produce frente al estrés para combatirlo de manera natural. 
En los momentos de crisis emocional es recomendable que la persona consuma lechuga por la noche, ya que esta yerba contiene lactucario, un principio activo que posee acción farmacológica sedante e hipnótica.  La planta tiene mayor concentración de esta sustancia cuando está florecida, por tanto, dentro del marco real de las posibilidades, se debe buscar la lechuga que tenga flores para comerla.  También contiene hiosciamina, otra sustancia que ayuda a controlar el estrés y sus manifestaciones.
La achicoria (Cichorium intybus) es otra planta que se debe aconsejar a la persona que sufre de las consecuencias del estrés ya que tiene propiedades muy parecidas a la lechuga y se puede comer en ensalada de la misma manera.
Los individuos que tienen estrés deben evitar los alimentos con edulcorantes artificiales, el chocolate, el café, el alcohol y las frituras.  También se deben eliminar de la dieta los productos lácteos, por lo menos durante 20 días y las bebidas gaseosas, principalmente, las que contienen cafeína.     

AUMENTO DE LA PROLACTINA EN SANGRE (HIPERPROLACTINEMIA)

                                                              Dr. Arcenio Estévez Medina.
   A la elevación de los niveles de prolactina en sangre se le llama hiperprolactinemia y puede suceder en las mujeres y en los hombres.  En las primeras se consideran cifras altas cuando los resultados reportan por encima de 20 nanogramos por mililitro y en los últimos la prolactina está elevada cuando se encuentra por encima de 15.   
   La prolactina es la hormona que en los mamíferos hace posible que cuando la madre está parida produzca leche para alimentar a su cría.  El ser humano no se escapa de esta regla porque es un mamífero. 
   Cuando el hijo empieza a succionar el pezón llega un reflejo que estimula, en una glándula llamada hipófisis o pituitaria situada en la base del cráneo a la elevación de los niveles de prolactina, ésta llega a las glándulas mamarias y produce la secreción láctea para alimentar a la criatura. 
   Algunos estudios han demostrado que el aumento de los niveles de prolactina en ratones incrementa el riesgo de padecer cáncer de mama.  Lo que no se ha podido comprobar en seres humanos.  Sin embargo, sería bueno hacer investigaciones en éstos para determinar si hay alguna relación directa entre estas variables.
CAUSAS
   Según cita el doctor Jean D. Wilson, en el capítulo 320, titulado Principios de Endocrinología, en el libro “Harrison: Principios de Medicina Interna”, undécima edición, hay estados fisiológicos que pueden causar hiperprolactinemia como el embarazo, lactancia, estrés, sueño y estimulación del pezón.
   También, según el reconocido autor, el consumo de algunos medicamentos puede producir elevación en la sangre de esta hormona y entre ellos cita a los estrógenos, opiáceos, metildopa, reserpina, fenotiacinas y metoclopramida. 
   Algunas enfermedades son señaladas por el referido médico como capaces de producir  hiperprolactinemia, entre las que se encuentran tumores llamados prolactinomas y adenomas (tumores de la hipófisis).  Además radiación de cráneo, síndrome de silla vacía, hipotiroidismo, insuficiencia renal crónica, cirrosis y herpes zoster (culebrilla).    
   En cualquier mujer u hombre con hiperprolactinemia debemos pensar en alguna de esas posibilidades mencionadas en el párrafo anterior.
MANIFESTACIONES DE LA ELEVACIÓN DE LA PROLACTINA EN SANGRE
   En una mujer que le falte la menstruación debemos hacer una prueba de embarazo y la medición de prolactina en sangre porque cualquiera de estas dos condiciones puede producir ausencia temporal de la menstruación.  La salida de leche por los senos sin la mujer estar parida (galactorrea), es muy probable que se deba a una hiperprolactinemia y si al mismo tiempo hay amenorrea aumenta la posibilidad de que estemos frente a este problema.   Es raro que en los hombres la elevación de esta hormona produzca aumento del tamaño de los senos ni presencia de leche en las mamas como sucede en las mujeres.  Lo que sí se aparece en el sexo masculino es disfunción eréctil -antes llamada impotencia- y esterilidad.  Por esa razón cuando un hombre esté afectado de una de estas enfermedades debemos hacer los estudios correspondientes para determinar si tiene una hiperprolactinemia o no.