jueves, 20 de octubre de 2016

EL DAÑINO JARABE DE MAIZ AUMENTA EL RIESGO DE SUFRIR HIPERTENSIÓN ARTERIAL Y CÁNCER.

                                                                 Dr. Arcenio Estévez Medina.
Hay una gran cantidad de alimentos y bebidas que contienen jarabe de maíz alto en fructosa.  Este edulcorante tan dañino está presente en un alto porcentaje de bebidas gaseosas, sueros tomados, pastas dentales, galletas dulces, productos promovidos como dietéticos, catchup y compotas.  También se encuentra –de manera oculta- en alimentos que no percibimos como dulces, bajo la excusa de que es bueno para estabilizar el sabor y la textura, por eso forma parte de una gran cantidad de sopas instantáneas.
¿Cuál es el riesgo de consumir productos con jarabe de maíz alto en fructosa?
 La revista Hepatología (Journal of Hepatology, por su nombre en inglés) de los Estados Unidos de Norteamérica, publicó el 29 de mayo del 2015 que tomar una sola bebida endulzada al día aumenta el riesgo de daño al hígado. Un alto porcentaje de bebidas contienen jarabe de maíz alto en fructosa.
De acuerdo a la American Liver Foundation, este edulcorante, tan usado, promueve la enfermedad de hígado graso no alcohólico, una patología que afecta al 25 por ciento de los seres humanos.
Una investigación realizada en el Hospital Dr. José de Jesús Jiménez de la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana, encontró que la esteatosis hepática no alcohólica estaba presente en el 77 por ciento de las personas obesas incluidas en el estudio, publicado en enero del 2016. 
El daño producido por este peligroso aditivo, como azúcar que es, no sólo afecta al hígado del consumidor, también conlleva al aumento de peso corporal, de los niveles de colesterol en sangre, peor control del azúcar y todo esto incrementa el riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular y es planteado por el Dra. Miriam Vos, autora principal de la declaración científica sobre el azúcar de la Asociación Americana del Corazón (AHA), dada a conocer el 22 de agosto del 2016. 
El jarabe de maíz alto en fructosa aumenta el ácido úrico y la presión arterial
El consumo de este producto aumenta los niveles de ácido úrico minutos después de haberlo ingerido y esto incrementa la presión arterial porque inhibe el óxido nítrico en los vasos, un potente vasodilatador.  Al no haber cantidad suficiente de éste los vasos sanguíneos no se ensanchan y la resistencia vascular aumenta.  Lo que a su vez eleva la presión arterial.  

Un estudio publicado por Time Magazine afirma que consumir 74 gramos de fructosa (contenido en dos latas y media de bebidas azucaradas) aumenta en más del 77 por ciento el riesgo de presentar elevación de la presión arterial en 160/100 mmHg en comparación con una persona que no consuma esta cantidad de fructosa.

EL ACEITE DE OLIVA Y LA SALUD (ll de ll)

                        Dr. Arcenio Estévez Medina.
El consumo de aceite de oliva se asocia con incremento de la síntesis de testosterona, aumenta la sensibilidad a la insulina (esto ayuda mucho a los diabéticos, prediabéticos y personas con riesgo de padecer esta enfermedad).  También ayuda a la protección del hígado.   
De acuerdo el grado de saturación, los ácidos grasos son saturados e insaturados.  Los insaturados son monoinsaturados y polinsaturados.
Monoinsaturados tienen un solo enlace doble y los poliinsaturados tienen varios de estos enlaces.
Los alimentos de origen animal (grasa de carne, mantequilla, queso y suero)  tienen más grasas saturadas que los vegetales.  Sin embargo, el pescado contiene más ácidos grasos insaturados que saturados y es un producto animal, constituyendo una excepción a la regla.
La adulteración del aceite de oliva.
Debido a la gran demanda mundial de este aceite comestible muchos empresarios se dedican a la tarea de mezclarlo con otros aceites más baratos y de más baja calidad.  Entre los aceites que son usados en mayor proporción con este propósito están el de palma, soya, maíz, girasol y ajonjolí.  Esto trae como consecuencia la desconfianza del consumidor y que una gran cantidad de personas esté buscando otras alternativas y entre estas se encuentra un lípido extraído de un crustáceo llamado krill. 
Las diferentes presentaciones.
Aceite de oliva extra-virgen.  Se extrae por medios mecánicos, entre los aceites extraídos de la oliva es el de más alta calidad.  Es el mejor de estos aceites, pero debemos tener en cuenta que una cosa es lo que dice la etiqueta y otra la realidad del producto.  Este aceite tiene la característica de ser el único que contiene la enzima Co Q 10, que se reduce en las personas que toman estatinas para bajar el colesterol.
Aceite de oliva virgen. Se diferencia del anterior en que no puede superar los 2º de acidez.  Algo importante es que sus defectos, respecto al extra-virgen, no pueden ser percibidos por el consumidor.   
El producto comercial conocido solamente como aceite de oliva es una mezcla de aceites de oliva refinados y vírgenes.  Sale del refinado de los aceites defectuosos, es decir, del rechazo.
Aceite de oliva refinado.  Es aceite de aceituna muy defectuoso y para poder consumirse hay que mezclarlo con extra-virgen y virgen. 

El aceite de orujo de oliva. Se obtiene por medios físicos y químicos.  Es una mezcla de aceites de oliva refinados, se le ponen disolventes y son de menor calidad, es más barato, contiene benzopireno una sustancia muy cancerígena. 

EL ACEITE DE OLIVA Y LA SALUD (l de ll)

               Dr. Arcenio Estévez Medina.
El aceite de oliva es un líquido con un alto porcentaje (73%) de ácidos grasos monoinsaturados, el 10% de ácidos grasos poliinsaturados y el 14% de saturados.  El restante porcentaje está constituido por otras sustancias.  Esta composición es lo que hace de este aceite un producto muy bueno para la salud.  Es elaborado a partir del fruto del olivo (Olea europea), llamado aceituna u oliva, que cuando está maduro adquiere un color oscuro casi negro y es rico en antioxidantes. 
El olivo es un árbol perenne y puede durar cientos de años.  El país que más aceituna produce es España y alcanza 6 millones de toneladas al año, en segundo lugar está Italia con un poco más de la mitad de esta cantidad.  Las olivas se usan poco para comer, pues el 90% de ellas se emplea en la elaboración de aceite. 
Hay una gran diferencia entre el aceite de oliva y otros aceites comestibles.  Por ejemplo, el aceite de maíz, tan usado en la cocina, no llega al 28% de ácidos grasos monoinsaturados y 55 % de poliinsaturados y un 13% de saturados.  El aceite de soya tiene un nivel bajo de ácidos grasos monoinsaturados (23%), un 58% de poliinsaturados y 14% de saturados.  Mientras que el aceite de ajonjolí al someterlo a análisis reportó 40 parte de cada 100 formadas por ácidos grasos monoinsaturados, 42% de poliinsaturados y 14% de saturados.  
Otro aceite muy empleado en la cocina es el aceite de maní o cacahuete y contiene 49% de ácidos grasos monoinsaturados, 28% poliinsaturados y 18% de grasos saturados.
Ninguno de estos productos contiene colesterol.
Aceite de oliva extra-virgen.
El aceite de oliva en la salud y la nutrición.
Los beneficios del aceite de oliva para la salud están en la gran cantidad de ácidos grasos monoinsaturados que contiene, esto hace posible que baje los niveles de LDL, eleve los de HDL, es antiinflamatorio y vasodilatador.   El porcentaje de ácidos grasos saturados es casi igual en estos aceites, por lo que la diferencia en cuanto a ventajas para la salud no estriba en estos ácidos grasos.  La clave está en el porcentaje de ácidos grasos monoinsaturados en este aceite vegetal.
En la oliva encontramos el importante antioxidante hidroxitirosol, que también auemnta la producción de óxido nítrico.  También contiene oleuropeína que disminuye los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL) y aumenta la producción de óxido nítrico y reduce la presión arterial.
El 75% de sus lípidos corresponde al ácido graso monoinsaturado oleico, también tiene ácido alfa linoleico –rico en omega 3- y linolénico.
El consumo de aceite de oliva extra-virgen, de acuerdo a la Revista BMC Medicine, se relaciona con menor riesgo de enfermedades cardíacas y de mortalidad en las personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular.


SALUD Y CONSUMO DE PESCADO

                       Dr. Arcenio Estévez Medina.
El omega 3 es muy importante para la salud y el pescado es una excelente fuente de este nutrimento. Sin embargo, debemos saber seleccionar, como en todo alimento, el de mejor calidad y el que garantice la seguridad alimentaria del consumidor.
Importancia del omega 3 para la salud.
Es importante que el ser humano consuma los ácidos grasos omega 3, entre los que tenemos el ácido linolénico, eicosapentanoico (EPA) y el docosahexanoico (DHA), porque disminuyen el riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer.
Contrario a lo que se cree, a pesar de que la población mundial ha crecido de manera vertiginosa, la producción piscícola interior y marítima también se ha incrementado y esto contribuye a la disponibilidad de pescado y ésta supera al crecimiento demográfico, de acuerdo a los Informes Técnicos 916 de la Organización Mundial de la Salud, quien afirma que en la actualidad, el pescado representa entre el 13.8 y el 16.5 por ciento de la ingesta total de proteína animal en los seres humanos.
El riesgo para la salud al consumir pescado criado en estanque o ambiente controlado en el mar, es mayor porque estos animales, con frecuencia son criados con el uso de sustancias para “prevenir” enfermedades, entre ellas antibióticos, que a menudo son causas de la producción de bacterias resistentes en el consumidor de pescado.  Un alto porcentaje del pescado que se vende en los supermercados es producido de esta manera y es importando de países muy lejanos, a veces se vende más barato que el mismo producto obtenido en mar abierto y ríos de nuestro país.  La contaminación con dioxina es más frecuente en peces criados confinados como sucede con los pollos de granja.  El filete de basa que se vende en nuestro mercado, en su mayoría, es producido en granja y se vende muy barato, a pesar de que una gran cantidad viene de Vietnam, según dice la caja en que llega a la República Dominicana.
Muchos de estos peces son criados, como los pollos con soya y maíz manipulados a nivel genético y esto tiene consecuencias negativas para la salud del consumidor.  Por otro lado, no contienen la cantidad de nutrientes que deben aportar.  Por ejemplo, tienen exceso de grasa y ésta no es omega 3.
Una investigación dada a conocer por Journal of the American Dietetic Association afirma que la tilapia criada de manera intensiva tiene menor concentración de omega 3 que la silvestre.  
No todos los pescados tienen omega 3.
Los mejores pescados en cuanto a omega 3, para la salud del consumidor, son el salmón silvestre de Alaska y el salmón rojo.  Es importante conocer esta información porque no todo el salmón es bueno, hay un salmón manipulado genéticamente, aprobado hace poco por la FDA y que es criado en la llamada piscifactoría, que no garantiza que tenga omega 3.  La etiqueta del producto presente en el mercado debe decir si fue criado en granja o si creció en mar abierto.
La sardina es muy buena opción como alimento.
Si no puede comprar el salmón por su precio elevado, usted puede consumir sardina, arenque o anchoa que tienen un precio de más fácil acceso y son una buena opción para recibir omega 3.  La sardina, por ejemplo, aporta por cada porción consumida el 50 por ciento de la cantidad diaria recomendada de este ácido graso; contiene además, selenio y vitamina B12. 
En 100 gramos de sardina -de acuerdo al Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP)-, hay más del doble de vitmaina B12 (8.94 mcg) que en la misma cantidad de salmón (4.4 mcg), superando también en este micronutriente por mucho más a la merluza, el mero, la anchoa y el arenque.
La sardina presenta un alto contenido de proteína (25 gramos de 100). Mientras que el salmón no pasa de 20 en ninguna de sus variedades.   También supera al mero, anchoa, arenque y merluza respecto a este importante macronutriente, según la tabla publicada por el INCAP