Dr. Arcenio Estévez Medina.
Muchos le han llamado a la enfermedad de Alzheimer,
diabetes 3, debido a la estrecha relación que se ha demostrado entre la
diabetes y este mal, tercera causa de muerte en los Estados Unidos de
Norteamérica, sólo superada por las enfermedades cardiovasculares y el cáncer.
De acuerdo a la Clínica Mayo las dietas ricas en
hidratos de carbono están asociadas a un riesgo de 89 por ciento mayor de
producir enfermedad de Alzheimer y las altas en grasa a menos de la mitad (por
debajo del 44 por ciento). Esto
significa que debemos reducir el consumo de hidratos de carbono, sobre todo los
refinados y también de las grasas, en especial las de mala calidad como las
saturadas. También el aumento del
consumo de estos macronutrientes se
vincula a la aparición de diabetes.
El ejercicio físico y otras actividades de esta
naturaleza reducen la producción de la proteína beta amiloide, asociada a la
etiología de la enfermedad de Alzheimer.
También disminuyen el riesgo de sufrir diabetes.
Un tipo de beta amiloide, llamada ADDL, ha sido vinculado
a la enfermedad de Alzheimer por un equipo de investigadores de la Universidad
de Northwestern, en un estudio financiado por los Institutos Nacionales de
Salud de Estados Unidos, dirigido por el Dr. William Klein, realizado en el año
2014.
Otras investigaciones han demostrado que hay insulina
suficiente -en los pacientes con Alzheimer- para las neuronas de sus cerebros,
pero que esta proteína tóxica –ADDL- afecta a los receptores de insulina de
estas células, las hace resistentes a la insulina, se acumula la proteína, se
forma la placa y empieza la memoria de la persona a fallar. Esta es otra razón por la que muchos le
llaman diabetes tipo 3 a la enfermedad de Alzheimer.
También se ha asociado al Alzheimer el uso de las
estatinas, unos fármacos recomendados para el tratamiento de personas con elevaciones
de los niveles de colesterol en sangre, porque estos medicamentos intervienen
con la síntesis de colesterol, disminuyen la coenzima Q10, la vitamina K2 y
neurotransmisores, reducen la biodisponibilidad de antioxidantes solubles en
grasa y aumentan el riesgo de demencias, entre ellas el Alzheimer.
Algunas recomendaciones,
además de su tratamiento médico, para el Alzheimer.
Lo mejor es que las personas con esta enfermedad o
riesgo de padecerla mantengan una dieta con niveles normales de hidratos de
carbono (50 a 60 % de los alimentos consumidos al día) y que sean en un alto
contenido de estos nutrientes del tipo complejos y en menor de los refinados. Esto, además de ayudar a prevenir el
Alzheimer, también contribuye a reducir el riesgo de padecer diabetes.
Disminuir al máximo el consumo de alimentos procesados
y refinados.
Reducir el consumo de azúcar al 5 por ciento -o menos-
de las calorías consumidas por la persona al día.
Realizar un mínimo de 30 minutos de caminata diaria o
cualquier otra actividad física para que el sedentarismo no sea causa de ésta y
muchas enfermedades más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario