Dr. Arcenio
Estévez Medina.
Si usted va al médico y le manda a medir el colesterol
en sangre, cuando el resultado de éste se reporta elevado, casi seguro que
usted llevará en sus manos una receta de una estatina. Es lamentable la utilización rutinaria de
este medicamento porque expone al enfermo a muchos riesgos innecesarios.
El estudio del corazón de Framingham, Massachusetts,
Estados Unidos de Norteamérica, planteó
que el 75 % de los que sufren un primer infarto agudo al miocardio tenían
niveles normales de colesterol. Por otro
lado, esta investigación demostró que en un alto porcentaje de personas
afectadas por un infarto al miocardio, el colesterol elevado no estuvo
relacionado con las muertes de estos enfermos.
Aún más, en los adultos mayores las muertes por esta causa fueron más
comunes cuando el colesterol estaba bajo.
El consumo de estatinas agota la enzima Co Q 10, por
esa razón si se toma este medicamento se debe consumir esta enzima. También el uso de estatinas aumenta la
resistencia a la insulina, eleva los niveles de azúcar en sangre y causa
fatiga.
La persona que toma este medicamento se le bloquea la
producción de vitamina K y por tanto, le aumenta el riesgo de sufrir de
sangrado, por esa razón debemos medir los niveles de esta vitamina en todo ser
humano que usa este fármaco. Produce,
además, calcificación de las arterias, lo que incrementa el riesgo de sufrir de
accidente cerebro vascular (ACV) e infarto agudo al miocardio.
El uso de las estatinas reduce los niveles de
escualeno, una sustancia natural que estimula al sistema inmunológico del
cuerpo y por esta razón tomar estas pastillas hace más vulnerable a las
infecciones al consumidor. El escualeno
se forma en el hígado y las estatinas inhiben su síntesis por eso constituye un
gran riesgo consumir estos medicamentos.
El escualeno es tan efectivo para fortalecer el
sistema inmunológico, que la Organización Mundial de la Salud ha informado que
su uso no acarrea riesgos para la salud de los individuos vacunados con
compuestos que contienen esta sustancia, empleada para potenciar la acción de
las vacunas.
A pesar de todo esto muchos esquemas han decidido
reducir el límite superior normal de LDL a 100, en vez de 130 como estaba
establecido, lo que ha sido visto, por algunos, como una manera de favorecer un
mayor uso de estatinas.
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