GRASA EN EL HÍGADO O ESTEATOSIS HEPÁTICA
Dr. Arcenio Estévez Medina.
Un gran número de personas tiene grasa en el hígado o
esteatosis hepática como se le conoce en terminología científica a este
problema. Parece que esta situación no preocupa a nadie y algunos se atreven a
decir que es normal. Sin embargo, muchos
tratadistas del tema afirman que este mal puede estar asociado a hepatitis,
trastornos de los lípidos (colesterol y triglicéridos elevados) y hasta a
piedras en la vesícula biliar.
La verdad es que la mayoría de las personas que tiene
grasa en el hígado no presenta ningún síntoma como consecuencia de esto; pero
su presencia nos debe mover a investigar la posibilidad de que el afectado
tenga riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular, diabetes y otros males.
Los enfermos y los médicos se enteran de que tienen
este problema en una sonografía abdominal hecha de manera rutinaria, pero una
vez conocemos esta realidad debemos empezar a investigar las posibles causas
para prevenir situaciones difíciles en el futuro.
La esteatosis hepática de acuerdo a la intensidad de
grasa puede ser: leve, moderada y severa.
Otros la clasifican en: esteatosis hepática 1, 2 y 3.
Causas de esteatosis
hepática.
La alimentación rica en grasa, el consumo rutinario de
la llamada comida rápida, el uso de hidratos de carbono cada vez más refinados,
el reemplazo de la sacarosa por jarabe de maíz alto en fructosa por los
fabricantes de bebidas gaseosas y otras empresas procesadoras de jugos han
facilitado esta situación.
Por otro lado, la vida sedentaria, propia de la
sociedad actual, caracterizada por el transporte masivo, el aumento del uso de la
televisión, computadora y teléfonos inteligentes facilitan que haya una mayor
acumulación de grasa en los órganos del cuerpo como fuente de energía y el
hígado no es la excepción.
Hay mayores posibilidades de que una persona con un
índice de masa corporal (IMC) de 30 o más kilogramos por metro cuadrado tenga
esteatosis hepática que otra con una cifra inferior a ésta. Lo que también se vincula a elevación de los
niveles presión arterial, glucemia y lípidos, aumentando, además, el riesgo de
infarto agudo al miocardio, accidente cerebro vascular (ACV) e incrementando el
nivel de morbilidad y mortalidad.
¿Qué debe usted hacer si
tiene grasa en el hígado?
Después de conocer los niveles de lípidos y glucemia
debemos iniciar el manejo del cuadro clínico.
No podemos quedarnos tranquilos como si nada hubiera pasado. Si los lípidos y/o la glucosa están altos en
sangre, de inmediato debemos diseñar la dieta correcta y el tratamiento de
lugar para prevenir las consecuencias de esto.
Le elaboramos un plan de actividad física de unos 45
minutos diario para que la persona lo haga todos los días. Se debe empezar con media hora y se va
subiendo tres minutos cada día hasta llegar a la meta.
La dieta se debe calcular en base al peso del
individuo y de acuerdo a otros problemas de salud que presente, siempre debe
ser personal, no podemos hacer un menú igual para todos los enfermos que tienen
este o cualquier otro mal.
Como regla general debemos evitar los alimentos
fritos, la comida rápida, el abuso de alimentos de origen animal y en este caso
debemos preferir al pescado.
También es recomendable consumir cereales integrales,
evitar los hidratos de carbono refinados, consumir muchas ensaladas frescas, si
vamos a usar pollo es mejor si es pechuga a la plancha o al vapor.
Se aconseja integrar en la dieta a las legumbres y
vegetales a vapor (brócoli, coliflor, espárrago, vainitas, molondrones, repollo
entre otros). Estos alimentos son ricos
en fibra y el aumento del consumo de ésta puede descender los niveles de
colesterol hasta en un 25% y lo mejor de todo es que esta reducción se hace en
base a lipoproteína de baja densidad (LDL), también conocida como colesterol
malo, sin afectar de manera significativa las cifras de lipoproteína de alta
densidad (HDL) o colesterol bueno, de acuerdo al libro Conocimientos Actuales
sobre Nutrición, de Bárbara Bowman y Robert Roussell, publicado por la
Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el 2003.
Del huevo es mejor consumir la clara y no la
yema. También restringir los embutidos y
si se van a usar de todas maneras, lo ideal es que se prefieran los elaborados
con pavo o pollo.
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