viernes, 19 de febrero de 2016

VITAMINA D Y CANCER

Dr. Arcenio Estévez Medina.
La vitamina D forma parte del grupo de las liposolubles, junto a la vitamina A, E y K.  Es muy importante para que los huesos estén en buen estado.  Basta con recibir un poco de sol cada día (10 a 15 minutos) para tener buena cantidad de este micronutriente.  Por esta razón algunos les han llamado la vitamina solana.
Los rayos del sol crean la vitamina D en la piel, pero producen, además, beta-endorfina y hacen que el endotelio libere óxido nítrico, un potente vasodilatador, que ayuda a mantener la buena circulación sanguínea y la presión arterial dentro de los límites normales. 
Ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre.
Como el cuerpo utiliza el colesterol para elaborar esta vitamina, se reducen los niveles de este lípido en la sangre a medida que es empleado como materia prima para producir esta sustancia.  Se considera que la vitamina D está normal cuando se reporta entre 50 y 70 ng/ml de sangre.
La vitamina D y su papel en el cáncer.
Esta vitamina es utilizada para controlar el daño producido por diferentes causas en las células.  Un estudio de JoEllen Welsh -citado por el Dr. Joseph Mercola en un artículo- de la Universidad de Nueva York en Albany, capital de este Estado, demostró que al inyectar Vitamina D en mamas humanas con células cancerosas, el 50 por ciento de ellas, perdieron vitalidad y sucumbieron muy pronto.  Esta es una acción beneficiosa parecida al tamoxifeno, un fármaco aprobado para el tratamiento del cáncer, pero esta vitamina no produce los efectos secundarios del referido medicamento y su precio es muy bajo.
La deficiencia de vitamina D es considerada un importante factor de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, enfermedad cardiovascular y el cáncer, de acuerdo a una investigación publicada por la Asociación Médica de la India.  Varios estudios han relacionado la prevención de tumores malignos con niveles normales de esta vitamina y entre estos se encuentran el cáncer de páncreas, pulmón, ovario, próstata y piel.     
Los órganos que intervienen en la utilización y disponibilidad del calcio –intestino, rinón, hígado, huesos y confirmado por investigaciones recientes, próstata, mama, cerebro, corazón y sangre-, tienen receptores de la vitamina D y contribuyen con la prevención del cáncer por diferentes mecanismo.
Alimentos y vitamina D.
Con el desarrollo de la nutriología clínica y la industria de los alimentos, cada día, un mayor número de productos son fortificados con esta vitamina y esto es positivo para suplir las demandas de este micronutriente, pero lo más recomendable es que el ser humano lo obtenga a partir de la acción del sol al incidir en la piel, que produce esta vitamina empleando como base al colesterol de la persona, transformado de manera natural, por los rayos ultravioleta, en ella.

Encontramos mucha vitamina D en los pescados y en mayor proporción en atún y salmón. También en el aceite de hígado de pescado, hígado de mamíferos, el huevo,  queso y la leche.    

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