Dr. Arcenio Estévez Medina.
Después de lluvias e inundaciones cualquier persona
residente en un país tropical está en riesgo de sufrir de leptospirosis, una
enfermedad producida por una bacteria llamada Leptospira interrogans, que
pertenece a la familia de las Leptospiraceas.
La encontramos en tierra húmeda y agua dulce contaminada por orina de
animales infectados. La puerta de entrada
puede ser la piel erosionada y mucosas expuestas al microbio, como conjuntiva,
oral o nasal.
También se puede transmitir a través del tejido de un animal
infectado, que en muchos casos se convierte
en portador sano de la bacteria por largo tiempo e incluso, durante toda su
vida.
Tienen mayores posibilidades de sufrir de
leptospirosis los agricultores, los que limpian alcantarillas de drenaje
cloacal, trabajadores de arrozales y cañaverales, cazadores, veterinarios y
aquéllos que laboran cuidando cerdos, así como también los que nadan en aguas
contaminadas por este microbio.
Cualquier persona, que viva en un lugar, luego de
inundaciones, con manifestaciones de tos no productiva, dolor de cabeza,
fiebre, conjuntivitis, dolores en el cuerpo, náusea, vómito, escalofríos,
diarrea, dolores articulares y erupción cutánea. Algún elemento de éstos puede
alertarnos sobre la presencia de un caso de leptospirosis, pero muchos de estos
signos y síntomas pueden ser parte de una fiebre tifoidea, chikungunya, dengue,
zika virus y hasta una virosis gripal.
Podemos sospechar uno de estos males y si, además, hay ictericia es posible que sea fiebre
amarilla.
La historia clínica en la cual encontramos un paciente
que estuvo o vive en zonas inundadas y las manifestaciones del enfermo son de
gran valor para el médico hacer el diagnóstico de presunción y mandar a
realizar las pruebas de laboratorio para comprobar si la persona tiene o no la
enfermedad.
La mayoría de los casos de leptospirosis evolucionan
sin dificultad y a veces pasan como una gripe.
Sin embargo, algunas personas se pueden presentar con daños al hígado,
al riñón, a los pulmones y al sistema nervioso central.
La prevención
En cuanto a la prevención es muy importante evitar el
contacto con agua, tierra y tejidos de animales contaminados. La situación empeora en casos de inundaciones
y lluvias abundantes.
La correcta protección, con ropa, calzado y guantes,
del personal que trabaja en oficios de grandes riesgos es un elemento que debe
garantizarse para evitar la transmisión de la enfermedad.
Medidas sencillas como desinfectar las áreas y aplicar
cloro al agua son de vital importancia.
Igual que usar detergentes comunes ayudan a prevenir la enfermedad.
Ante cualquiera de los signos y síntomas del mal, la
persona debe acudir de inmediato al centro de salud más cercano para que se
tomen las medidas de lugar.
Aunque los tratamientos de los casos leves son con
antibióticos muy baratos y de venta libre en el país, no es recomendable que
las personas empiecen a automedicarse porque la enfermedad puede complicarse y
esto costar la vida.
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