Dr.
Arcenio Estévez Medina.
El mango, traído desde la India, es una fruta que
pocas personas, después de probarla, rechazan.
Crece fácil en climas tropicales es un fruto producido por un árbol de
la familia botánica de las Anacardiáceas, pariente cercano del cajuil y la
manzana de oro. En el lenguaje técnico se conoce a esta planta como Mangifera
indica.
Su sabor delicioso lo hace atractivo para la mayoría
de los individuos que lo comen por primera vez.
Los hay desde variedades pequeñas como el “bullita” hasta muy grandes
como “cabeza de gente” o el de “libra”.
El fruto se consume a lo natural, en jalea, helado, jugo, compota y se
puede conservar por años, maduro y congelado sin pelar. Luego sólo hay que sacarlo del refrigerador,
ponerlo un minuto en agua, la cáscara se le desprende fácil y se come, dando la
sensación de que se mastica un helado.
Es una manera de usted disponer del mango todo el año.
Compota de mango.
Cuando hay cosecha de mangos, una forma de conservar y
aprovecharlo al máximo es elaborando una compota con él. Se puede licuar 50% de agua y la otra parte
de mango bien maduro. No es necesario
agregar azúcar y preparado de esta forma les encanta a los niños. También es una buena opción para los adultos
mayores que tienen escasez de dentadura.
Es muy nutritivo y no contiene preservativos, constituyendo un alimento
muy natural.
Investigaciones sobre el
mango.
La tizana de las flores de esta planta son un buen
antigripal para lo que debemos tomar una taza tres veces al día. El fruto maduro es un excelente laxante. La corteza del árbol tiene acción
farmacológica de antipirético y baja la fiebre gracias a la presencia de una
sustancia activa conocida como mangotina. También contiene ácido mangótico y almático.
En el fruto del mango encontramos vitamina C, B1, B5 y
B6. Contiene además hierro, sodio, fósforo,
calcio y es una buena fuente de potasio, pues aporta 156 mg por cada 100 gramos
consumidos. El 83 por ciento de su
contenido es agua.
Muchos diabéticos no quieren comer mangos por el temor
a que se les eleven los niveles de glucemia, pero su concentración de hidratos
de carbono no llega al 16 por ciento (Tabla de Alimentos del Instituto de
Nutrición de Centro América y Panamá –INCAP-), razón por la cual no acarrea
ningún riesgo consumir un mango para estos pacientes, pues en su alimentación
pueden ingerir entre 50 y 60 % de estos nutrientes y si son hidratos de carbono
complejos mucho mejor.
El mango debe incluirse en la dieta de las personas
que quieran perder peso porque no contiene colesterol y su constitución en
grasa es de menos de medio gramo por cada 100 que consumamos. El contenido de
proteína de esta fruta también es muy bajo, pues no llega al uno por ciento. Cien gramos de mango aportan unas 65
kilocalorías, una cantidad muy pequeña para una persona que requiera 2,000
kilocalorías para un día.
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