Dr.
Arcenio Estévez Medina.
Cuando se creó
la margarina se pensó que era la mejor opción para sustituir la mantequilla
porque se trataba de un producto de origen vegetal. Se esperaba que iba a beneficiar mucho a los
pacientes con elevaciones del colesterol en la sangre y a prevenir las
elevaciones de éste; pero no fue así y la incidencia de infarto al miocardio
aumentó.
Con el azúcar
de dieta ha pasado lo mismo. Ha
resultado peor para los consumidores que el azúcar de caña o de remolacha. Se ha creado un comercio basado en todas las
normas mercadológicas modernas y esto ha modificado la preferencia del
consumidor, entonces usted se encuentra con los clientes en tiendas de
productos naturales y especializadas en dietas, en supermercados y hasta en la
calle buscando artículos “libre de grasa”, “sin azúcar” y los más sofisticados
hablan de “light” para acuñar el término usado en inglés al referirse a un
producto ligero. Muchos de estos
alimentos y bebidas contienen aspartame, una sustancia muy dañina para la
salud.
Como el
fabricante se ajusta a las demandas del mercado vemos a diario las señales de
la competencia por todas partes ofreciéndonos leche, azúcar, pan, jugos,
bebidas gaseosas, yogurt, cocoa, cereales, café, gelatinas, chiclets, postres
congelados de dietas y cuantas cosas se le antoje ponerle este calificativo
para persuadir al consumidor.
No olvidemos
que estamos en la Era
Digital, las informaciones fluyen a gran velocidad sin
importar el lugar donde se originen y todos somos sometidos a la influencia de
esta realidad. Por eso un creciente
segmento de la población mundial busca estos productos, pero los profesionales
de la salud han contribuido de manera muy significativa a esta práctica que más
que ayudar a los consumidores los perjudica económicamente y encima de esto les
daña la salud.
Por eso nos encontramos
con personas buscando refrescos de dieta hasta en los colmados y en los finos
restaurantes te ofrecen sobrecitos de azúcar de dieta, nutra sweet, equal,
spoonful, squash y hasta en muchos vuelos comerciales los edulcorantes que
brindan están elaborados con aspartame.
Por todos lados nos acecha este peligro y tenemos que armarnos del
conocimiento para cuidarnos.
¿Qué es el
aspartame?
El aspartame es
un producto que está formado por metanol o alcohol de madera y los aminoácidos
fenilalanina y ácido aspártico. Es usado
mucho en la elaboración de alimentos y bebidas destinados a consumidores que
pretenden llevar dieta para no engordar y para diabéticos.
El aspartame se
convierte en formaldehído y se deposita en la retina, lo que puede producir
ceguera y muchas personas que consumen este producto se están quedando ciegas
por esta razón. Esta sustancia produce
un efecto parecido al cianuro y al arsénico, dos potentes venenos.
Daños
producidos por el aspartame (azúcar de dieta)
Muchos se han
atrevido a recomendar azúcar de dieta con aspartame para los pacientes
diabéticos y para los que quieren perder peso o prevenir la obesidad; pero se
sabe que no hay beneficios con el consumo de estos productos y que lejos de
ayudar en la obesidad cualquier artículo con esta sustancia perjudica a estas
personas ya que causa inflamación del páncreas y aumento de peso. Esto último ha sido comprobado en un estudio
publicado por la
Universidad de Purdue en el cual se afirma que las comidas y
bebidas con aspartame son las responsables de la epidemia nacional de obesidad
que afecta a un significativo segmento poblacional de los Estados Unidos de
Norteamérica.
El metanol o
alcohol de madera es un líquido volátil, incoloro, inflamable, muy tóxico para
el ser humano, que al oxidarse produce ácido fórmico y formaldehído, que puede
provocar dolor de cabeza, náusea, vómito y hasta la muerte. Así como también daños al hígado, edema
(hinchazón) del cerebro y del músculo del corazón. Puede producir, además, diarrea y trastornos
del sueño.
Muchos
consumidores de aspartame, por efecto del metanol, presentan síntomas parecidos
a los de una enfermedad llamada esclerosis múltiple, caracterizada por dolores
musculares, adormecimiento de las extremidades, vértigo y trastornos visuales,
que pueden llegar a la ceguera.
También se han
asociado al consumo de refrescos de dieta con este producto síntomas muy
parecidos al lupus eritematoso, entre los cuales están los problemas de la piel
y los dolores articulares. Lo más sorprendente
es que cuando se abandona el consumo de estos refrescos desaparen las
manifestaciones clínicas.
Actualmente hay
más de 5 mil productos en el mercado que contienen aspartame. Por esa razón debemos tener mucho cuidado con
los alimentos dietéticos que consumimos.
El uso de
aspartame se ha asociado en varios estudios a la producción de tumores
cerebrales como astrocitomas y gliomas.
Muchas personas que consumen bebidas y alimentos con esta sustancia
presentan vértigos atribuidos a la misma.
Investigaciones del doctor Karl Smith, profesor de microbiología, aseguran que el consumo del producto causa
dolores musculares y trastornos de la memoria.
Por otro lado, el doctor Madelon Price, profesor de Neurobiología,
afirma que el aspartame causa infertilidad.
Científicos de la Universidad de
Washington informaron en 1971
a la FDA
que el producto causaba agujeros en el cerebro de animales; pero la institución
gubernamental no hizo caso y guardó el informe.
En julio de 1974 el aspartame fue aprobado por el organismo estatal
norteamericano para ser usado en artículos comestibles, incluyendo gomas de
mascar de dieta.
En agosto del
mismo año hubo una objeción a la aprobación de la FDA; pero ésta fue archivada
sin darle curso. Dicha objeción fue
basaba en que el consumo del producto era responsable de lesiones cerebrales y
desórdenes neuroendocrinos en animales y en que el aspartame estaba asociado a
una gran toxicidad para el cerebro, siendo calificado como un veneno muy
peligroso para el sistema nervioso.
En abril de
1976 el Senado de Estados Unidos estableció que hubo abusos o deficiencias no
descubiertas por la FDA
en varios productos de Searle. No
obstante estos datos, el aspartame fue aprobado de nuevo para otros alimentos
de dieta a pesar de que no hubo una sola prueba que demostrara que el producto
fuera seguro para los seres humanos. Lo
que sí se supo más tarde fue que un miembro del Congreso Norteamericano fue
nombrado presidente de la empresa Searle, la cual ha logrado que más de 100 millones
de norteamericanos consuman sus productos para dieta.
En una carta
enviada en 1995 por el consultor de la
FDA, Michael Evangelisia a Creative Loafing, se informa que
en el año 1994 el Gobierno Federal de los Estados Unidos reportó 6,888 quejas
de síntomas relacionados con el consumo de aspartame y la mayoría de éstos
fueron atribuidos a los efectos tóxicos para el sistema nervioso entre los
cuales se registraron conducta agresiva, convulsiones, tumores cerebrales,
endurecimiento de las extremidades, pérdida de la memoria y trastornos de la
percepción.
El The Wall
Street Journal, publicó que dos abogados de Estados Unidos llevan un caso en
contra de nutrasweet por falsificación de informaciones.
Según
afirmaciones de Norma Veras, traductora de Miami, se hicieron experimentos en
seres humanos en el año 1984 en México, Argentina y otras naciones
latinoamericanas para probar si el aspartame hacía daños a los humanos, los
cuales fueron engañados diciéndoles que el producto era un derivado de la lechosa
(papaya) y que no les iba a producir ningún efecto nocivo.
Se tomó a estas
personas como ratas de laboratorio y todo se descubrió cuando algunos
individuos de los sometidos a los estudios presentaron tumores, ataques de
epilepsia (pequeño y gran mal), temblores musculares, pérdida de la memoria y
del equilibrio.
Un médico de
apellido Ortega, empleado de la empresa GD Searle protestó ante sus jefes porque no hicieron público el resultado de
las investigaciones donde se demostraba que el producto no era seguro para el
uso en seres humanos. Como consecuencia de esto el doctor Ortega fue despedido
de la compañía y los resultados fueron guardados y así –según este médico- se
obtuvo la aprobación del nutra sweet en los Estados Unidos de Norteamérica.
Esta aprobación
fue irregular porque de seis expertos de la FDA que debían votar solo tres lo hicieron a
favor del uso del aspartame en comidas de dieta. Aún así se dio la aprobación basada en una
investigación hecha por el japonés Ajinomoto; lo cual es muy cuestionable
porque éste es el fabricante del aspartame y no se puede ser juez y parte.
Luego de esto,
por el gran consumo de refrescos de dieta durante La Guerra del Golfo,
estimulado por el excesivo calor del lugar, muchos veteranos de las fuerzas
armadas norteamericanas han presentado síntomas y signos que han pasado a
formar parte de un trastorno conocido como El Síndrome de la Guerra del Golfo y que se
ha asociado a la presencia de aspartame en las bebidas gaseosas consumidas por
los militares que participaron en esa contienda bélica.
Por otro lado,
el doctor Louis Elsas, profesor de genética pediátrica de la Universidad de Emory,
en su testimonio sobre el producto ante El Congreso Norteamericano, afirmó que
si la mujer embarazada lo consume en algún alimento o bebida, éste se concentra
en la placenta, produce retardo mental y defectos de nacimiento en el futuro
niño. Es un dato que se debe tomar muy
en cuenta ya que ningún gineco-obstetra le advierte a la mujer preñada que no
consuma alimentos con aspartame. Todo lo
contrario, puede ser que estimule su uso por considerar que es
beneficioso.
El senador
Howard Metzenbaum presentó, también en El Congreso de Estados Unidos, un
proyecto de ley donde se obligaba al fabricante de cualquier producto con
aspartame a ponerle en la etiqueta la advertencia para los consumidores del
peligro del uso de esta sustancia y sobre todo los daños causados al
cerebro. El proyecto abortó por la gran influencia de la industria de estos
productos.
El consumo de cualquier
artículo con aspartame altera el nivel de dopamina y da taquicardia (aumento
del número de latidos por minuto del corazón).
También puede producir linfomas.
Ojalá que
cuando usted vaya a comprar un producto de dieta piense en estas informaciones.