jueves, 31 de octubre de 2013

EL SÍNDROME METABÓLICO

                                                                     Dr. Arcenio Estévez Medina.

El síndrome metabólico es un trastorno de salud aceptado como tal por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace relativamente poco tiempo –desde 1998-, si se habla de ciencia porque la ciencia marcha muy lenta y necesita de mucho rigor para dar por verdadero un hecho.

En el año l988 el científico australiano Gerard Reaven, describió el problema y le denominó síndrome x.  Le llamó la atención que un grupo de personas presentaba al mismo tiempo elevación de la presión arterial, diabetes, obesidad y elevación de los niveles de grasa en sus resultados de los análisis de laboratorio clínico.  En honor a sus trabajos en muchos lugares del mundo se conoce a este trastorno como síndrome de Reaven.  Algunos le llaman también síndrome plurimetabólico.

Se sabe que hay un factor hereditario relacionado al problema, pero éste está condicionado a factores ambientales y alimentarios.  Se sabe que en todos estos casos hay una resistencia a la insulina que se produce el cuerpo.  También se presenta aumento compensatorio asociado a trastornos metabólicos de los carbohidratos, elevándose los niveles de azúcar en la sangre de manera considerable.

Es un trastorno más frecuente en los hombres (64 por ciento de los casos corresponden al sexo masculino y el restante a las mujeres).  En algunas poblaciones donde se han realizado estudios este problema puede afectar al 40 por ciento de la población general.

Se habla de resistencia a la insulina cuando hay incompetencia de una determinada cantidad de ésta para conseguir el control de los niveles de azúcar en la sangre.  En muchos casos esa incompetencia de la insulina se debe a que ésta no tiene la calidad correcta; pero también es más frecuente que la insulina no tenga la capacidad de hacer responder a los receptores que posee la célula para que entre la glucosa y sea utilizada como fuente energética para realizar sus diferentes funciones.

Manifestaciones del trastorno.

A partir de los trabajos publicados por el doctor Reaven y luego aceptados por la OMS, cualquier individuo que tenga hipertensión arterial, diabetes y niveles altos de triglicéridos, colesterol LDL, colesterol total y valores bajos de HDL con obesidad, debe considerarse un candidato al diagnóstico de síndrome metabólico.

Hay muchas personas que tienen este síndrome y no lo saben.  Por esa razón es bueno que si usted padece de alguno de los trastornos que hemos mencionado, le pida a su médico que  investigue para determinar si es un candidato a sufrir del síndrome metabólico y todavía no lo ha desarrollado de manera total.

Se debe investigar esta posibilidad, sobre todo, en esas personas que no pierden peso, que no les baja el nivel de glicemia y que tienen hipertensión arterial.

Importancia de la medida de la cintura 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que este paciente tiene, además, tolerancia anormal a la glucosa y si es un varón su cintura mide más de 90 centímetros, es decir, un poquito menos de 36 pulgadas -es el pantalón que corresponde al número 36-.  Mientras que en el caso de las mujeres el organismo rector de la salud a nivel mundial establece que la cintura no exceda los 80 centímetros (alrededor de 32 pulgadas). 

Este aumento de la medida de la cintura se debe fundamentalmente a la presencia de una grasa depositada a nivel central o abdominal, que ha sido asociada en numerosas investigaciones a una dieta hipercalórca, rica en grasas y carbohidratos refinados, tabaquismo, aumento de las posibilidades de que se formen coágulos, incremento de la homocisteína y por tanto, del riesgo de sufrir enfermedad cardiovascular aumentando el riesgo de infarto agudo al miocardio, desarrollo de diabetes y accidente cerebro vascular (ataque cerebral).  De hecho, el 80 por ciento de estos individuos mueren de problemas cardiovasculares.

Manejo del enfermo con síndrome metabólico

Cada uno de los componentes que participan en el síndrome metabólico debe ser manejado por separado.  Es decir, que la diabetes debe ser tratada como si no hubiera otra enfermedad.  De igual forma la hipertensión arterial y la obesidad.

Se ha demostrado que la metformina muy usada en personas diabéticas, reduce el riesgo de infarto agudo al miocardio, aumenta la sensibilidad a la insulina, baja los niveles de ldl y de los triglicéridos.. 

Para reducir la homocisteina, que es un importante factor de riesgo de infarto al miocardio, la persona debe ser medicada con vitamina B6, B12 y B9 (ácido fólico).  Es importante tener los niveles de homocisteína entre 5 y 15 porque cuando sube de estos parámetros se produce problema con el funcionamiento del endotelio, que es la capa más interna de los vasos –arterias, venas, capilares y vasos linfáticos-; o sea, la que está en contacto con la sangre.  Esta disfunción del endotelio es la causante de la ateroesclerosis (acumulación de grasa en las arterias), del deterioro de la pared de los vasos y de la formación de coágulos que producen los infartos.

Prevención del síndrome metabólico

Como medida preventiva importante la persona debe pedirle a su médico que le calcule su peso ideal y tratar de mantenerse en él.  Cuando vaya a su consulta procure que le midan los niveles de la presión arterial, siempre debe ser así; pero a veces muchos médicos andan muy rápido y se les olvida.  También se debe medir la glicemia de manera periódica para si hay cualquier alteración en el resultado de la misma empezar a aplicar las acciones correspondientes de inmediato.

Es recomendable mantener un programa de ejercicios físicos que deben durar por lo menos media hora cada día.  No es obligatorio ir al gimnasio.  Puede ser caminar, nadar, montar bicicleta o bailar una música movida,

Reducir los alimentos de origen animal y aumentar los de origen vegetal no refinados, así como también reducir el consumo de sal, lo más que se pueda.

No abusar del consumo de alcohol ni de café o bebidas con cafeína como algunos refrescos gaseosos.

Aumentar el consumo de fibras para reducir las grasas y ayudar a disminuir el hambre porque dan sensación de llenura. 



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