domingo, 10 de junio de 2012


LA SALUD ES MAS QUE MEDICAMENTOS Y MEDICOS
                                                  Dr. Arcenio Estévez Medina, M. D., N. D., M. H..
Por muchos años el médico fue visto por los enfermos como un ser especial, poseedor de una sabiduría incuestionable y casi divina.  La palabra de este profesional, era considerada infalible y sus recomendaciones eran cumplidas al pie de la letra, pero los tiempos han cambiado.  El ejercicio de la medicina ha pasado a ser un servicio más y ya no importa tanto la parte humana.
Hasta la terminología ha cambiado, ya no se habla de enfermo ni de paciente, ahora se usa el sustantivo común de cliente, con el objetivo de dejar bien claro que la relación es comercial.  Por esa razón en muchos centros privados de salud antes de atender al cliente, exigen que haya alguien que firme la factura como garantía de que los servicios ofrecidos serán pagados.  Esto, muchas veces, sin importar la gravedad del caso y numerosas personas han muerto por no haber quién se responsabilice de pagar los gastos.
El afectado por un problema de salud ha sido convertido en un expediente o simplemente un número más del archivo, que representa un ingreso para los que forman parte de la extensa cadena cuyos eslabones son los fabricantes y distribuidores de fármacos, los dueños de los medios diagnósticos, los intermediarios y las estadísticas no son más que los resultados matemáticos de todos los números que conforman el sistema.
Ha florecido la medicina de las ultra especialidades, la tecnología de punta, los últimos medicamentos, las más recientes investigaciones ortomoleculares.  Todo parece muy bonito, pero muy difícil de ser aprovechado por los ciudadanos pobres, que constituyen la inmensa mayoría del universo de los países tercermundistas.   
La educación para salud, la orientación del enfermo y del sano ha sido relegada a un segundo plano porque mientras menos personas se enferman más riesgo de fracasar tiene el negocio.
Todo esto ha hecho que, en la mayoría de los casos, el ejercicio de la medicina se haya convertido en un negocio con pocos escrúpulos, sin que a nadie le preocupe esta situación tan difícil para la mayoría de los dominicanos.  Hay que pagar por todo, hasta tal punto que salud es sinónimo de dinero y  para que el negocio sea cada vez más próspero es imprescindible aumentar el número de usuarios.  Esta es la razón para que haya una guerra publicitaria entre los proveedores de servicios de salud saturando los medios de comunicación.
El sistema es muy bueno. Lo único malo es el comercio que se ha hecho de la medicina, el tráfico insensible del dolor humano y sobre todo, la exclusión a que son sometidas muchas personas merecedoras de una mejor suerte.       

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