domingo, 10 de junio de 2012


PIEDRAS EN LA VESÍCULA BILIAR. (ENFERMEDAD LITIÁSICA VESICULAR).
                                                  Dr. Arcenio Estévez Medina, M. D., N. D., M. H..
En estos momentos, producto de la alimentación incorrecta, una gran cantidad de personas está sufriendo de piedras en la vesícula biliar.  Sin embargo, mientras no hay síntomas a nadie le preocupa esta situación.  Es cuando empiezan las molestias que todo el mundo inicia la búsqueda de la solución del problema.
La vesícula biliar es un órgano pequeño, en forma de pera, hueco, que está debajo del hígado, mide unos 7 centímetros de largo y 3 en su diámetro mayor, cuya función principal es la de almacenar alrededor de 35 cc de bilis para vaciarla en el duodeno y utilizarla en la digestión de la grasa. 
La simple presencia de cálculos en la vesícula no es razón para que haya inflamación vesicular (colecistitis).  De hecho, algunos individuos tienen colecistitis y no hay evidencias de piedras. Este caso es raro, pero en personas con fiebre tifoidea y en afectados de enfermedades que cursan con deficiencia inmunológica se puede presentar.  Por estas razones debemos aclarar cuando hay colecistitis si es por piedras (litiásica) o no (alitiásica). Por ser mas frecuente nos referimos en este trabajo a la primera.
Esta enfermedad ataca más a los habitantes de occidente que a los de oriente.  En Estados Unidos de Norteamérica, por ejemplo, afecta alrededor del 20 por ciento de las mujeres y el 9 por ciento de los hombres.  La colecistitis litiásica puede presentarse en niños aunque raras veces y cuando la encontramos en la infancia debemos pensar, primero que todo, en la posibilidad de una anemia hereditaria llamada esferocitosis, en la cual suele estar el mal.
Las piedras pueden ser producidas por colesterol, pigmentos y mixtas.  Las constituidas por pigmentos son una de cada cinco, las mixtas y las de colesterol representan cuatro de cada cinco casos.   Sin embargo, es necesaria la presencia de calcio y proteína, entre otros componentes para que se formen los cálculos.  Por esta razón es muy importante llevar una alimentación sin excesos de grasa y minerales para prevenir la inflamación de la vesícula por piedras.
SIGNOS Y SÍNTOMAS DE LA ENFERMEDAD.
Antes de aparecer el dolor hay presencia de gases intestinales, distensión abdominal, eructos y sensación de llenura después de comer.  La persona afirma que tienen la digestión lenta y los alimentos no le progresan en el torrente intestinal. También puede haber náusea que a veces lleva al vómito.
Cuando se presenta el dolor, éste puede ser ubicado por el enfermo en la “boca del estómago” –epigastrio-, debajo de las últimas costillas, es decir, en la parte superior derecha del abdomen y/o el hombro del mismo lado.  Si el dolor es intenso, es un cólico biliar y puede ceder entre una y tres horas; pero en algunos casos dura hasta 24 horas y a veces hay la urgencia de someter al individuo a cirugía para salvarle la vida.
¿CÓMO SE HACE EL DIAGNÓSTICO?
La colecistitis es una enfermedad más frecuente en las mujeres, en los obesos y en los habitantes de América del Norte; pero puede afectar a cualquier persona que abuse del consumo de grasa.  Son algunas informaciones importantes a la hora de sospechar que alguien tiene este trastorno.
Además de los signos y síntomas mencionados y que hacen sospechar al médico que el individuo tiene piedras en la vesícula, la radiografía simple de abdomen puede detectar algunos cálculos en este órgano, sobre todo los formados por suficiente cantidad de calcio.  Sin embargo, la sonografía abdominal facilita detectar un alto porcentaje de los cálculos en la vesícula, permitiendo, además, medirlos sin dificultad, para fines del tratamiento a utilizar.    
MANEJO DE LA ENFERMEDAD
No todo el que tiene piedras en la vesícula debe ser operado.
La mayoría de las personas con cálculos de menos de un centímetro no necesitan de cirugía.  Los pacientes que tienen piedras y no presentan síntomas, según afirma el texto del Dr. Harrison, “Principios de Medicina Interna”, no deben ser sometidos a una intervención quirúrgica a menos que hayan manifestaciones bastante frecuentes o intensas para interferir con las actividades generales del enfermo. También, recomienda el prestigioso autor hacer colecistectomía, si hay una complicación previa, como antecedentes de colecistitis aguda, pancreatitis, fístula biliar o la presencia de un padecimiento subyacente que predisponga a complicaciones como vesícula calcificada, aporcelanada, adenomiomatosis y los pacientes con cálculos de más de dos centímetros.  En caso de que sea necesaria la cirugía la recomendación actual es realizarla mediante laparoscopía –un método que extirpa el órgano haciendo tres pequeñas incisiones (heridas) en el abdomen- porque conlleva a menos riesgos y la recuperación del enfermo es más rápida.
Tratamiento no quirúrgico y su efectividad.
El uso del ácido quenodesoxicólico tomado ha logrado la solución del problema en 4 de cada cinco pacientes con piedras pequeñas en la vesícula biliar.  Es mejor combinar este tratamiento con la decocción de la raíz de artemisa y la infusión de los cogollos de cana.  A este preparado se le ponen dos cucharadas de aceite de oliva extra virgen por taza y se toma dos veces al día por unos ocho días. 
La cirugía es, como en todas las enfermedades, la última opción y debemos tratar de lograr la expulsión de las piedras a través de tratamiento.

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